Hoy desperté soñándote y anhelando tener alas para volarte y saciarme
de ti campo, tierra, vida me imagino ser un pajarillo enjaulado en esta gran
ciudad amurallada de concreto, como anhelo llenarme de polvo los zapatos, llegar a la cabaña de madera y teja, con el
olor a tierra recién regada, el arcoíris
de flores que ilumina el patio, chapear mis mejillas con tu ardiente sol, que roces las palmas de mis manos con tus
brotes y me susurres al oído tu murmullo
o grito ensordecedor del agua corriendo como vena cargada de vida, empapándome de rocío, cerrar los ojos frente
al fogón en el que burbujea la olla de frijoles, donde el aliento de la masa la
transforma en tortilla, ver en toda
libertad a la infancia, salpicando de imaginación cada rama, al anciano imitando a la sabia
naturaleza esperando con calma el ciclo de la vida, sabiendo que no se va solo
se transforma en esa misma tierra que lo alimenta y alimentara a sus futuras
generaciones, tal como lo hicieron sus ancestros.