Cuantas cuerdas nos atamos, para asegurar nuestro vuelo; anoche intentando hacer un nudo doble a una de esas cuerdas, caí en cuenta que los nudos apretados terminan enrolladas a nuestro cuello a punto de asfixiarnos o simplemente trozadas por nuestra insistencia a sujetarlas, y aquellas cuerdas que solo anudaste a la primera con un beso son las que terminan ayudándonos a despegar, y cada intento las fortalecen mas, sin necesidad de reforzar nudos y que decir de los tropezones que las aprietan a ti, de tal forma que el lazo se convierte en alas.
Feliz fin de semana, atando nudos mágicos
y es que hay cuerdas que asfixian... y hay otras que te ayudan a volar sujetandote por si caes e incluso te ayudan a levantar..
ResponderEliminarTe sigo, vale?
;) Muak!
Qué hermosa reflexión!
ResponderEliminarVine a saludarte...