21 de junio de 2011

EL ÁRBOL DE LOS DECEOS



Una vez un hombre estaba viajando y entró al paraíso por error. En el concepto indio del paraíso, hay árboles que conceden los deseos.
Simplemente te sientas bajo uno de estos árboles, deseas cualquier cosa e inmediatamente se cumple; no hay espacio alguno entre el deseo y su cumplimiento.
El hombre estaba cansado, así que se durmió bajo un árbol dador de deseos.
Cuando despertó, tenía hambre, entonces dijo: "¡Tengo tanta hambre!
Ojalá pudiera tener algo de comida". E inmediatamente apareció la comida de la nada.
Tenía tanta hambre que no prestó atención de dónde había venido la comida. Cuando tienes hambre, no estás para filosofías.
Ahora se sentía satisfecho. Otro pensamiento surgió en él: "¡Si tan sólo pudiera tomar algo!" Y por ahora no hay ninguna prohibición en el paraíso, de modo que de inmediato apareció un vino estupendo.
Mientras bebía este vino tranquilamente y soplaba una suave y fresca brisa bajo la sombra del árbol, comenzó a preguntarse: "¿Qué está pasando?
¿Estoy soñando o hay fantasmas que están jugándome una broma?" Y aparecieron fantasmas feroces, horribles, nauseabundos. Comenzó a temblar y pensó: "¡Seguro que me matan!"...
Y lo mataron.
Tu mente es un árbol dador de deseos: pienses lo que pienses, tarde o temprano se verá cumplido.No hay nadie que te torture excepto tú mismo.Y cuando se comprende esto, las cosas comienzan a cambiar.... Entonces puedes modificarlo, transformar tu infierno en cielo...Toda la responsabilidad es tuya.

tomado de  www.casitadegaby.blogspot.com

1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo con esta reflexión. Me gusta...

    Saludos!

    Angie (Desde Jalisco)

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