9 de agosto de 2010

YA VALÍO QUESO

Cuando cuentas la anécdota de un mayor el final siempre es predecible, y cada sitio tiene su nombre y uso especifico y nada más, pero cuando la historia se trata de niños, prepárate para hacer trabajar la imaginación, ahora que tengo la visita de un angelito revolviendo la casa no saben mi sala se ha convertido en una pista de carreras donde el sillón es la catapulta voladora que aterriza justo en la mesilla de retratos que sirven de tope o con la inclinación exacta de rampa y cuidado con pisar quince cm. mas allá de la puerta, puedes aplastar un tráiler cargado de fruta que no llegará a su destino y entonces tendrás que pagar la multa construyendo otros cien metros de carretera con dos popotes y un vaso de cartón, ahí de ti si no logras tu objetivo, huy pero ni hablar del comedor convertido en el aeropuerto de Nueva York y justo el frutero de cristal es el hangar #1, dos pequeñas manos son los aviones que piden a la concurrencia cercana imiten movimientos para empezar el desfile aéreo, pero, ¡no lo haces bien¡ tienes que separar los dedos, doblar el medio sobre el anular, ahora junta el meñique y extiende el brazo, si encuentras sobre la pista de aterrizaje (que en algún momento fue mesa) algún monstruo gigante, tienes que esquivarlo y emprender el vuelo y si acaso llegas a tu tibia, acolchonada y silenciosa cama sin escuchar sonido prende las alarmas puede que se esté preparando JOHN CENA para la pelea del año y esos peluches que guardas como trofeos de otro tipo de batallas, se convertirán en proyectiles letales, y que decir de las anécdotas: hace unos días su papi que es doctor se vio obligado a llevarlo a su consultorio solo era una hora en lo que pasaba su abuelita por él, y llega la primer paciente con un posible embarazo, pero con el detalle que su esposo trabaja lejos muy lejos como para que este embarazada, y el doctor le explica que tendrá que hacerle unos estudios, pero como la dama no quería esperar le dio una prueba de embarazo para que la realizara en el baño y explico la forma de utilizarlo y justo cuando intentaba encontrar las palabras para explicarle que si salían dos rayitas a la prueba esta sería positiva y entonces el ya no podría hacer nada con eso, a lo lejos se oyó una pequeña vocecita que completo la frase con un "ya valió queso" se imaginan la cara de la paciente, la cara y la carcajada que no pudieron contener su papá y el colega de su papá.

2 comentarios:

  1. debe de ser increible tener tal angelito revoloteando por el salón...

    solo imaginarmelo y ya sonrio...

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